18 de maig 2007
Ojos que no ven...
Visto que hay gente capaz de recorrer media península para venir a tomar el te con nosotros, pasaré a utilizar la llamada lengua del imperio por deferencia a nuestros invitados de la meseta. ¿Una galletita?
Youtube me tiene hechizada. Empecé con una receta de pastel de zanahoria cortesía del Chef Jasón hasta que, tras sucesivos enlaces, me encuentro viendo el vídeo musical(?) de una tal Avril Lavigne, una niña bastante maleducada que parece ser modelo a seguir entre las más jóvenes... entre taco y taco, supongo.
Avril, un personaje totalmente prescindible... no como su cinturón a cuadros, que mi mente retuvo durante semanas hasta que opté por hacerme con uno. Pese a mi dominio avanzado de la calceta, no logré fabricarme uno igual. Y no me atrevía a preguntar en la boutique de mi barrio, donde lo más chic que había comprado era unas enaguas de encaje color visón.
Hortensia, que es más cosmopolita, me recomendó Claire's, una tienda de complementos donde algunas púberes cuarentonas y las adolescentes más atrevidas se dejan la paga semanal. No tardé en encontrar mi objeto de deseo. Finalmente, tomé dos para poder rodear mi cintura modelada a base del te -y sus correspondientes pastitas- de cada tarde. Satisfechas las primeras necesidades, prosiguió la exploración de la tienda: Alhajas en Tecnicolor. Del dorado-latón a ácidos fluorescentes, Claire's es el tesoro escondido de un pirata radioactivo.
Un complemento que tampoco podía faltar en Claire's eran las gafas de sol. Me llamaron las de policía de Oklahoma, las de tonadillera de presunto incógnito y las de abejorro verbenero ... pero fueron otras las que me paralizaron. Desconcierto, no eran de sol. Y Claire's no es una óptica. Efectivamente, sin graduar... allí estaban, unas rojas y otras negras. De pasta, como las que lleva Gladys hace 40 años.
Mi cerebro tardó unos dos minutos en recuperar su riego sanguíneo: ¿Por qué no celebrar la ausencia de dioptrías con unos bonitos ojos desnudos? Si no están graduadas¿por qué hay cristal? ¿Quién las compra?
¿Es realmente necesario? ¿O es que, hoy en día, son algun críptico símbolo de cierto status social y/o intelectual?
Resulta verdaderamente inquietante... en mis tiempos el que lucía gafas de pasta era el que más recibía, y cuanta más pasta, más recibía. Qué tiempos aquellos.
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